Recordaréis el episodio del incendio del Careful. Si no
lo recordáis, lo releéis. Aunque, en realidad, tampoco hace falta… Al grano:
ayer me llamaron de la Policía para declarar.
YO: ¿Seguro que no necesito abogado?
POLI PALI: No, hombre… Eso sólo es cuando eres culpable.
YO: Ah, ese punto me tranquiliza.
POLI PALI: Lo que necesitamos es que preste declaración
como testigo.
YO: Cómo está el mundo: hasta la Policía anda pidiendo
préstamos…
POLI PALI: ¿Eh?
YO: Nada, nada…
POLI PALI: Bien; ¿vio usted al sujeto que prendió fuego
al Careful?
YO: Perfectamente.
POLI PALI: Para comprobar que es así, ¿podría
identificarlo en este retrato-robot que hemos elaborado con las indicaciones de
otros testigos?
YO: A ver… No sé. ¡Este dibujo tiene toda la cara llena
de pelos!
POLI PALI: No, no es la cara: es el cogote. Es que todos
le vieron por detrás mientras huía. Se ve que corre mucho, el cabrón.
YO: Ah, pues yo le vi de frente.
POLI PALI: ¿De veras? ¡Eso supone un giro de ciento ochenta
grados!
YO: Lo que me extraña es que no hayáis tomado declaración
a la chica de Atención al Cliente, que también le vio la cara.
POLI PALI: Ya, pero no puede declarar porque sufre
enajenación dental.
YO: Será mental…
POLI PALI: No, no: dental. Al salir pitando del incendio,
se esmorró y se le saltaron todos los piños, y ya no es capaz de articular
palabra.
YO: ¿Y no puede declarar por escrito?
POLI PALI: Se pilló las manos entre los dientes y la
acera.
Hubo aquí una pausa, que a mí me sirvió para imaginarme
la escena del esmorramiento con dificultades; y al Poli Pali, para traer a la
sala a un compañero.
POLI PALI: Hale, vaya describiéndole cómo es el sujeto,
que mi compañero está lápiz en mano.
YO: Yo creía que eso de los retratos-robot se hacía con
un programa informático.
POLI PALI: Jajajajajajajaja…
COMPAÑERO: Jojojojojojojojojo…
POLI PALI: Ay, qué risa. ¡Eso era hace cinco años,
hombre!
COMPAÑERO: Venga, empecemos. No omita detalles, aunque
crea que son superfluos: número de pecas, degradación al rojo de lo blanco del
ojo…
Sea por la habilidad del compañero, sea por mi precisa
descripción, al cabo de un rato teníamos un dibujo la mar de apañao. El Poli
Pali, que se había marchado a tomar el pertinente café de las once a las diez
menos cuarto, volvió para seguir con el interrogatorio.
POLI PALI: ¿Ya está el retrato? Veamos… ¡Anda, pero si es
mi tío Genaro!
YO: Acabáramos…
POLI PALI: ¡Menudo golfo está hecho! ¡Incluso después de
muerto las sigue liando gordas!
COMPAÑERO: ¡Cáspita!
YO: ¿Cómo?
POLI PALI: Yo no le conocí, pero según me dice mi padre,
que es su hermano gemelo y le trató de tú a tú, era un malandrín de cuidao…
YO: A ver si lo entiendo: así que su padre es el hermano
gemelo de su tío Genaro, y este retrato-robot se parece al segundo, pero no al
primero.
POLI PALI: Eso es. Usted habría servido para policía.
YO: Creo que no, porque me tengo por más intel…
POLI PALI: Nada, nada… Caso resuelto. La legislación vigente
no tiene competencia sobre los fantasmas. Todos a casita a descansar.
YO: Pero ¿no cree usted que es más fácil que haya sido su
padre quien, garrafón en mano y estando vivo, haya incend…?
POLI PALI: Calle, calle. Cómo se nota que no conoce a mi
padre. ¡Mi padre sería incapaz hasta de usar unas tijeras!
YO: Ya, pero…
POLI PALI: Caso resuelto he dicho.
Salía yo de la sede policial con cierto grado de estupor,
pensando en el bien y el mal, en la honradez y la mezquindad, en la actividad
cerebral y los exámenes para Policía, cuando el Poli Pali se acercó con sigilo
donde mí.
POLI PALI: Sé lo que está pensando, pero ¿a usted no le
han timado nunca en el Careful?
YO: A troche y moche. Precisamente, el día de los hechos…
POLI PALI: Pues eso.
Se dio la vuelta y se adentró nuevamente en el edificio.
En realidad, no sé con certerza si sus últimas palabras las dijo él o mi
imaginación. Concluyamos que probablemente salieran de la boca del fantasma del
tío Genaro que tan bien le describí al compañero. En fin…