lunes, 30 de julio de 2012

AL POSO DEL OTOÑO TOLEDO SOPLA (XXXIII)

La indivisible obra de Luciano Nimato se va acumulando en estas páginas como se acumula la porquería en las esquinas. Podéis enviarnos vuestros descubrimientos a anonimosindocumentados@gmail.com y ver todos los palíndromos en http://www.palindromosanonimosindocumentados.blogspot.com/.

33.

-A Jorge no da ni gramática -cita marginado negro-, ¡ja! (41)
A sor Paloma o Elisa, el bable así leo: amo la prosa. (39)
A tela mala, mala maleta. (19)
Adán: a tal pasota, de lavar grasa y asar grava, le da tos aplatanada. (53)
Allí le pasé a sor Ana Rosa esa pelilla. (31)

¿Nada raro? ¡Anda! ¡Irá Rosario a Ávila sin su pus ni saliva a oír a sor Ariadna orar, Adán! (67)
¿O le doma la dama amada, la modelo? (26)
Sara: cipote romo, como reto, picarás. (29)
Senado te votó veto danés. (21)
Yo haré, ufana, tallas a Barrabás allá, tan afuera, hoy. (42)

viernes, 27 de julio de 2012

CARTELELES (VIII)


Nuestro efectivo colaborador Lucio Tarakanov nos deleita con esta fotografía titulada:

DONDE MEJOR SE COMEN LAS EFES



Podéis remitirnos vuestras imágenes a anonimosindocumentados@gmail.com y ver todas ellas en www.carteleles.blogspot.com.

martes, 24 de julio de 2012

COSAS QUE PASARON AYER (XXXII)

Melchor Lasiesta, de médicos. Temblemos. Vosotros también podéis contarnos las cosas que os hayan pasado ayer (anonimosindocumentados@gmail.com) y leer todas las historias accediendo a http://www.cosasquepasaronayer.blogspot.com/.



Ayer, por mucho que me insistió para su cuidado, mi amigo Santi tuvo que llevarse consigo a Paquito al solarium. Una cosa es que el niño me caiga bien y otra cosa es llevarle de la manita a todos los sitios porque su papá tiene tanta cara que no le cabe en la susodicha cabina infernal. Además, mi negativa estaba totalmente justificada: tenía cita en el hospital con el oftalmólogo.

Me gusta ir con tiempo al hospital porque parece que, en este tipo de sitios, el talento se concentra. Es como si lo más peculiar de cada grupo social -ya sea etnia, familia o sindicato- quisiera reunirse en un punto concreto para facilitar el recuento a los que hacen estadísticas sobre la estulticia, y eligieran lugares como los hospitales o los supermercados. Por eso me gusta ir con tiempo: para contemplar, tomar nota y aprender. Y lo suelo hacer desde un punto de vista neutral, como hacen los que realizan los documentales sobre guepardos y ñúes, intentando no intervenir para no romper el desarrollo natural del ecosistema.

De modo que llegué al hospital con más de una hora de adelanto sobre mi cita para ver qué se cocía por allí. Más o menos todo seguía igual desde la última vez que lo visité, ya sabéis, el día del incidente de la taza. Estuve dando unas vueltas por la zona de Información General hasta que mi espera dio sus frutos. Un hombre bastante desgraciado se acercó al mostrador.

DESGRACIADO: Buenos días, señorita. Verá, es que soy daltónico y tengo cita con el oftalmólogo…

La señorita del mostrador le miró con cara de “y a mí qué más me da que sea usted daltónico” y le respondió:

LA DEL MOSTRADOR: Y a mí qué más me da que sea usted daltónico. Para ir a oftalmología siga la línea roja.

Está bien el invento de las líneas de colores sobre el suelo de los hospitales. Lástima que, en este caso, el hombre fuera daltónico, además de desgraciado, y confundiera la línea roja con la verde, que es la que lleva a otorrinolaringología. En mi papel de simple documentalista, me abstuve de decir nada y me limité a seguir al desgraciado. El comienzo de la historia prometía, y la estampa de apocamiento del hombre lo confirmaba. Total, que llegamos a la sala de espera del otorrino, bastante concurrida, y nos sentamos con un par de asientos de por medio, que es una buena distancia para documentar sin levantar demasiadas sospechas. Al cabo de un rato, apareció una enfermera para llamar al siguiente paciente.

ENFERMERA: ¡José Fernández! ¡José Fernández!

Con total naturalidad, el desgraciado se levantó y, como si nada, fue conducido por la enfermera por los pasillos de otorrinolaringología. Sin pensarlo dos veces, les seguí hasta alcanzarlos. Nadie me dijo nada: la enfermera se debió creer que yo era su acompañante, y el desgraciado debió pensar que yo era otro enfermero, pues mi camisa de color rojo hospital la debió confundir, por su daltonismo, con una camisa de color verde hospital. Lo curioso del caso era que la enfermera de otorrinolaringología hubiera llamado a un paciente de oftalmología…

Se me ocurren dos explicaciones. Una: el desgraciado no se llamaba José Fernández y, al comprobar que el verdadero dueño del nombre no estaba presente, tuvo los reflejos de hacerse pasar por él para acortar la espera. Dos: el desgraciado sí se llamaba José Fernández, nombre bastante común, a lo que se añadió el hecho de que coincidió que el otro José Fernández no acudió a la cita, o bien sí acudió y sí estaba en la sala de espera y, tratándose de otorrinolaringología, fuese más sordo que una tapia y no oyera a la enfermera. Mi experiencia como documentalista me hace inclinarme por esto último: no es más descabellado llamar  a alguien de viva voz en la sala de espera del otorrino que orientar por colores a un daltónico.

Así llegamos a la consulta del doctor de las orejas.

OTORRINO: Bien, vamos a empezar por el principio.

Se trataba de un buen profesional, sin duda.

OTORRINO: Métase en esta cabina, colóquese estos cascos y apriete este botoncito cuando aprecie las señales.

El otorrino fue a manejar un aparatejo, yo me quedé en el sitio contemplando al desgraciado por la ventanilla que tenía la cabina, y el desgraciado, aplicando la lógica desde el punto de vista de un daltónico, se puso los auriculares sobre los ojos. Imaginad la escena. El otorrino, de espaldas a la cabina, dándole caña a tope a los pitidos; y el desgraciado, impasible, con los auriculares a modo de gafas de sol. Un minuto después, el doctor se dio por vencido.

OTORRINO: ¡Salga, salga, por Dios, que esto está a punto de echar humo! ¡Está usted más sordo que un baobab!
DESGRACIADO: ¿Que un qué?
OTORRINO: ¿Lo ve? ¿Lo ve? Ande, tome esto. Vamos a ver si lubricándolos un poco… Vuelva a la sala de espera, échese una buena cantidad de este tarro y vamos a esperar cinco minutos a que le haga efecto para poder hacerle una exploración a fondo.

Yo creo que el tarro era de grasa de caballo. En fin, salimos de nuevo a la sala de espera y, tal y como había ordenado el doctor, se echó el desgraciado una buena cantidad… en cada ojo, claro.

DESGRACIADO: ¡¡¡Ahhhhhhhh!!! ¡¡¡Ahhhhhh!!! ¡¡¡Uaaaahhhhh!!!
YO: Joder, es usted un desgraciado…
DESGRACIADO: ¡¡¡Ahhhhhh!!! ¡Que me quedo ciego! ¡Que alguien llame al médico!

Allí veis a todos los de la sala de espera de brazos cruzados, impertérritos. Malditos sordos. Me tocó a mí ir corriendo a llamar al doctor.

OTORRINO: ¡Pero desgraciado! ¡Qué ha hecho usted! ¡Se lo ha echado en los ojos!
DESGRACIADO: ¡Aaaayyyyyyyyy! ¡Pues claro!
OTORRINO: ¡Enfermeros! ¡Enfermeros! ¡Llevadlo rápido a oftalmología!
DESGRACIADO: ¿Cómo? ¡Ya estoy en oftalmología! ¡Aaaaaahhhhhhh!
OTORRINO: ¡Enfermeros, esperen! ¡Llevadlo a psiquiatría! ¡Sufre trastornos espacio-temporales!

No sé muy bien adónde acabaron llevando al pobre desgraciado. Yo sólo sé que, entre unas cosas y otras, llegó la hora de mi cita, y busqué y seguí la línea roja con mucho cuidado…

jueves, 19 de julio de 2012

AL POSO DEL OTOÑO TOLEDO SOPLA (XXXII)

La insoslayable obra de Luciano Nimato se va asentando en nuestras retinas. Ya sabéis que podéis enviarnos vuestros descubrimientos a anonimosindocumentados@gmail.com y ver todos los palíndromos recopilados pinchando en http://www.palindromosanonimosindocumentados.blogspot.com/.



A Jorge no da genes ese negado negro, ¡ja! (31)
¿A ti no? ¡Basura, Luci, le parecerá película rusa bonita! (43)
¡Ah! ¿Cesó casera de dar esa cosecha? (27)
Allí rola tal aire serial a tal orilla. (31)
Ano marrano -serio, severo revés- oiré sonar, Ramona. (41)

Nada: no domina Adán nada. ¡Ánimo, don Adán! (32)
No te como ese don a ti, modoso sodomita: no deseo, mocetón. (45)
Sara, ni ron orinarás. (17)
Su rugosa cola allí roed: sarasa croata -marino coloso- no sólo con ira mata orcas a ras de orilla al ocaso, gurús. (89)
Yo he traído ropa, dañada por odiarte, hoy. (33)

martes, 17 de julio de 2012

COSAS QUE PASARON AYER (XXXI)


Interesante desarrollo dialéctico “made in Dulcinea O’Callaghan”. Recordad, queridos lectores, que podéis relatarnos por medio de nuestro correo electrónico (anonimosindocumentados@gmail.com) las cosas que os hayan pasado ayer. Además, en www.cosasquepasaronayer.blogspot.com podéis leer todas las historias recibidas hasta el momento.



-¿Y de verdad estás segura de que te quieres borrar? -Mi amiga Flori seguía tratando de convencerme de lo contrario. Ayer, aprovechando la coincidencia de tener ambas el día libre, quedamos para desayunar en una cafetería y después, haciendo tiempo hasta que abrieran el sindicato (que, en esto de abrir, mucha prisa no tiene), dimos un paseo por el parque-. Después de haber luchado lo que has luchado, ¿vas a tirar la toalla ahora que tienes un buen puesto?
-Ah, con lo de “haber luchado lo que has luchado” creía que te referías a lo que he luchado por los trabajadores, no a lo que me ha costado llegar a mi puesto actual.
-No busques dobles sentidos a mis palabras, Dulcinea. Una cosa ha llevado a la otra: tus esfuerzos y tu valía en la defensa de los derechos de los trabajadores te han llevado a conseguir el puesto que tienes ahora.
-Que no, que te equivocas. ¡Cómo se nota que no has estado metida ahí dentro! -Miré a Flori con cierta indignación-. Mi mayor logro es haber aguantado allí tanto tiempo, y ni siquiera estoy orgullosa de ese supuesto logro, que ni me explico cómo he podido llegar a él. Así que imagínate: si repudias tu mayor logro, ¡cómo será todo lo demás!
-Lo pintas como si hubieras estado en las cloacas del submundo abisal. Creo que exageras. Sus cosas buenas habrá tenido para haber estado metida en el ajo tantos años, ¿no?
-Pura inepcia, Flori: pura inepcia. En cuántas negociaciones de convenios colectivos he estado en las que, si no he vomitado sobre la mesa, ha sido para no tener que volver a redactarlos. Conversaciones de palurdos, Flori. Paripés de corbatas y peluquines. Analfabetos todos.
-Bueno, digo yo que no serían analfabetos…
-No digo analfabetos en el sentido de no saber leer y escribir, claro, sino en el sentido de ser tontos del culo.
-Ah, eso sí…
-Que no hay peor analfabeto que el que se cree Einstein o Schopenhauer. Y no hay peor empresario que el que se cree que, por el hecho de saber leer y escribir, ya sabe sumar. Y te aseguro que he visto a más de un engominado contar con los dedos, y hacerlo mal, probablemente porque se les pegaba la gomina entre el índice y el pulgar.
-¡Ja!
-Y no hay peor sindicalista que el que lleva la contraria simplemente por llevarla, aunque sepa que la otra parte tiene razón. Y el que, para que sus argumentos tengan más fuerza, se inclina hacia delante y mueve la mesa con la barriga. Pero la mesa no se mueve porque es de las de reuniones de a siete, y pesa un quintal métrico, y lo que se mete para dentro es la barriga, y queda un efecto feísimo.
-Pero eso son simples detalles, Dulcinea. No creo que por esas minucias quieras borrarte del sindicato.
-Yo odio la política, ya lo sabes. No la política como idea abstracta, que me parece un arte muy noble, pero sí la manera burda de llevarlo a la práctica. De lo que me he dado cuenta con el paso del tiempo, es de que los sindicatos no dejan de ser pseudo-partidos políticos.
-¿En qué sentido?
-¡En todos! En su organización, en sus falsos objetivos, en su verborrea insustancial, en su ineficiencia…
-¿No son a veces eficaces?
-Eficaces sí, a veces. Pero no eficientes. Se emplea un número inimaginable de “horas sindicales” para llegar a una conclusión banal, a una idea peregrina o a un acuerdo sobre desacuerdos. Es la ineficiencia por antonomasia. He perdido más tiempo en el sindicato que cuando ensayaba mis confesiones de Primera Comunión delante del burro Pascual.
-Pues yo creo, Dulcinea, que tardarán en encontrar a una chica o a un chico tan válido como tú.
-¿Para sindicalista? ¿O para político, que es lo mismo? ¡Puaf! ¡Para eso vale cualquiera!
-Ni de coña.
-Que sí, que sí. Basta con no saber nada y creer que lo puedes arreglar todo. Y para eso vale cualquiera.
-Bobadas.
-Cualquiera.
-¡Que no!
-¡Cual-quie-ra!
-Mira, ¿puedes darme tu carta de dimisión?
-¿Y para qué la quieres? -le pregunté a mi amiga al tiempo que abría la carpeta y le entregaba el papel que ya antes habíamos estado ojeando en la cafetería.
-La voy a tirar al río -Flori arrancó a correr hacia la barandilla; y yo, no sabiendo si la cosa iba o no en serio, salí detrás de ella con el claro propósito de alcanzarla, y el azar nos condujo a ambas hasta el lugar exacto del episodio del mendigo, aún con la barandilla rota, y unos operarios municipales que parecía que iban a poner una barrotes nuevos.
-Ahhh… -jadeé mientras sujetaba el brazo de Flori, que ya asomaba sobre el río con la mano a punto de dejar caer mi carta de renuncia sindical; qué buena ocasión para tratar de averiguar si fue un tsunami u otra cosa lo que produjo el estropicio-. Perdónenme un segundo, ¿podría hacerles una pregunta?
-Cómo no, señorita -me respondió uno de los operarios, un tanto sorprendido por la escena infantil de la persecución.
-¿No sabrán cuál fue la causa de la ruptura de la barandilla?
-Señorita, nosotros no sabemos nada de nada; simplemente vamos a ver si lo arreglamos.

Flori me miró cabizbaja, se separó de la barandilla y me devolvió la carta.

-Vamos, que te acompaño al sindicato, a ver si ya está abierto…

viernes, 13 de julio de 2012

BALONCESTO EN ESTADO PURO (XXII)





Una cosa es intengrar las construcciones deportivas en el ambiente natural que las rodea, y otra cosa es esto. Imagen que nos envía Valdemaras Prevenicius desde Alceda, Corvera de Toranzo (Cantabria) a anonimosindocumentados@gmail.com, que es la dirección a la que podéis remitirnos vuestras fotografías. Para ver todas ellas: www.baloncestodelosanonimosindocumentados.blogspot.com.

miércoles, 11 de julio de 2012

AL POSO DEL OTOÑO TOLEDO SOPLA (XXXI)

La intolerable obra de Luciano Nimato continúa transformándose en algo ajeno a la razón. Recordad que podéis enviarnos vuestros hallazgos a anonimosindocumentados@gmail.com y ver todos los palíndromos recopilados en http://www.palindromosanonimosindocumentados.blogspot.com/.


A Jorge, no: dale la lata a tal alelado negro, ¡ja! (36)
Adán no cortó pedo de potro con nada. (29)
Aire percute: dañas a la lasaña de tu crepería. (37)
¿Allá con aire lava José dos aves en ese vaso de soja? ¡Valeriano, calla! (55)
Allí papá le bebe la papilla. (23)

Allí tu padre caótico citó a cerda putilla. (35)
La ruta naval: sal si sale de las islas lava natural. (41)
Laico: se desusa, dañada, su sede social. (31)
Oirá: “De mordaza, cerró cepo tan a tope… ¡Corre, caza dromedario!”. (49)
Sara: rota esa bala, la base atorarás. (29)

Sara, yo pasaré paperas. ¿Apoyarás? (25)
Sedaba sola sin anís a los abades. (27)
Seno de rapsoda rusa rasura dos paredones. (35)
¿Si sé tu tesis sobre verbos? Sí, sé tu tesis. (33)
¿Y al abanico cartonero la cadete da calor en otra cocina Balay? (51)

sábado, 7 de julio de 2012

COSAS QUE PASARON AYER (XXX)

Peligro: nuestro buen amigo Melchor Lasiesta volvió ayer al Careful. Y esta vez, acompañado. Ya sabéis que podéis contarnos, a través de nuestra dirección de correo electrónico (anonimosindocumentados@gmail.com), lo que os haya ocurrido ayer. Además, podéis pinchar en http://www.cosasquepasaronayer.blogspot.com/ para leer todas las historias.



Espero que mi amigo Santi, cada vez que tenga que ir al solarium o cosas similares, no coja por costumbre endiñarme a su hijo Paquito. Por ayer se lo paso, porque al final hasta me lo pasé bien, pero creo que está claro que Santi debe planificar sus bronceados delanteros y traseros para los días en que no le toca hijo.

De modo que en el Careful estuvimos Paquito y yo pasando la tarde, y lo aproveché para comprar algunas cosillas sueltas que me habían quedado pendientes.

PAQUITO: ¿Por qué este chocolate con leche Desechard, de 150 gramos, cuesta 1€; y este mismo chocolate con leche Desechard, de 300 gramos, anunciado como FORMATO AHORRO, cuesta 2’25€?

Ya empezaba el chiquillo con las preguntas. Este va para inspector de hacienda de pobres. Pero el caso es que tenía toda la razón.

YO: Ahí les has dado, Paquito. Cuando pasemos por caja, se lo preguntas a la cajera y anotas la respuesta en el cuadernillo que seguro que has traído en tu mochilita, ¿verdad?
PAQUITO: Por supuesto.

Total, que tras meter en el carrito las cuatro viandas mal contadas que necesitaba, fuimos a la caja de MÁXIMO 10 ARTÍCULOS, mal llamada CAJA RÁPIDA porque suele ser más lenta, aunque esta vez no había nadie en ella más que la cajera, una gorda fractal, pues cada uno de sus cúmulos de grasa desarrollaba subcúmulos sebosos hasta lo infinito. Mientras yo dejaba la compra en la cinta, Paquito le hizo a la cajera la pregunta del chocolate Desechard.

CAJERA FRACTAL: A ver, niño: ¿dices que 150 gramos cuestan 1€ y 300 gramos cuestan 2’25€?
PAQUITO: No es que lo diga yo; lo dicen las etiquetas que marcan el precio.
CAJERA FRACTAL: Bien, ¿y cuál es tu duda entonces?
PAQUITO: Mi duda es la siguiente: ¿por qué el de 300 gramos está marcado como FORMATO AHORRO si sale más caro?
CAJERA FRACTAL: Pues porque tiene más cantidad.

Yo, que hasta entonces no había abierto la boca y me limitaba a escuchar, juro solemnemente que me esperaba esa respuesta de la cajera, y que me caiga un rayo fractal si miento. Pero no me hizo falta llegar a decir nada porque Paquito se las arregló por sí mismo.

PAQUITO: Voy a hacerle una pregunta, quizá un tanto complicada: si una tableta de 150 gramos cuesta 1€, ¿cuánto cuestan dos tabletas de 150 gramos?
CAJERA FRACTAL: A ver que coja la calculadora…: 2€.
PAQUITO: ¿Y dos tabletas de 150 gramos no son 300 gramos?
CAJERA FRACTAL: Pues claro, a ver si te vas a creer que soy bob…
PAQUITO: Por lo que la tableta FORMATO AHORRO de 300 gramos, que cuesta 2’25€, sale más cara que si compras esos 300 gramos en dos tabletas de 150 gramos cada una. Retomo la pregunta original: ¿por qué se llama entonces FORMATO AHORRO?

En ese momento ya se había formado una ligera cola detrás de nosotros. Sus bufidos iniciales de impaciencia se transformaron en un halo de admiración ante el razonamiento de Paquito, que -aunque suene mal decirlo- podría haber sido el mío propio.

CAJERA FRACTAL: Pues yo qué sé, niño. Se referirá a que, si para el cliente sale más caro, supone un ahorro para el hipermercado o para el fabricante.
YO: Pero creo que se sobreentiende que el ahorro debe ser para el cliente.
CAJERA FRACTAL: Bueno, en realidad, ¿eso dónde lo pone?

Y va Paquito y saca un diccionario de la mochilita. De la creciente cola salió un “¡hala!”, probablemente porque era la primera vez que veían uno.

PAQUITO: Ahorro: acción de ahorrar. Es decir, acción de evitar un gasto o consumo mayor.
CAJERA FRACTAL: ¿Veis? No dice nada de “para el cliente”, así que puede ser, en este caso, ahorro para el Careful o para los chocolates Desechard.
PAQUITO: Me temo que tiene razón, Melchor.
YO: Puaf… Esto es para mear y no echar gota.
CAJERA FRACTAL: Si hubiera un solo detalle en la definición que os resultara favorable, sin duda se podría aplicar. Pero no lo hay, ¿verdad, niño?
PAQUITO: Mmmm… Pues no.

Derrotados por un diccionario y una cajera henchida, lo que resultaba grasientamente desagradable. La sola idea de meterle la última edición ampliada por su lubricado esfínter me resultaba vomitivo en extremo. Para colmo, la gente de la cola empezaba a empujar tanto de palabra como de obra. Dando la discusión por zanjada, la cajera fractal comenzó escanear los productos que yo había dejado en la cinta, hasta que, en un momento dado, y llevada seguramente por una eufórica seguridad en sí misma, detuvo la cinta y nos espetó:

CAJERA FRACTAL: ¡Alto ahí! ¡Aquí hay más de 10 artículos! ¡Tenéis que ir a otra caja, tramposos!
YO: La gente está esperando impaciente, mujer fractal. Vas a tardar más en anular lo que has escaneado que en pasar lo poco que queda. Además, no estoy yo tan seguro de que haya más de 10 artículos.
CAJERA FRACTAL: El queso. El chorizo. El zumo. La lata de sardinas. La lata de mejillones. El papel higiénico. La sandía. La mantequilla. La mermelada. La pasta de dientes. Y el insecticida. Total: 11 artículos.

Yo ya estaba recogiendo todo el material para cambiarme de caja bajo los abucheos de la masa social, cuando Paquito, diccionario en mano, pasó a la acción:

PAQUITO: Perdone, mujer fractal, pero creo que tenemos menos de 10 artículos. De hecho, no tenemos ninguno.

Un nuevo “ooohhhhh” se dejó escuchar entre la muchedumbre, como si hubiera hablado David Copperfield.

CAJERA FRACTAL: ¿Qué dices, niño beodo?
PAQUITO: Que no tenemos ningún artículo en nuestra compra. Fíjese: Queso. Chorizo. Zumo. Lata de sardinas. Lata de mejillones. Papel higiénico. Sandía. Mantequilla. Mermelada. Pasta de dientes. E insecticida. Total: 0 artículos.
CAJERA FRACTAL: ¿Eh?
PAQUITO: Simplemente he tomado la definición de “artículo” que nos resulta favorable según el diccionario. Hala, ya puede usted escanear lo que le queda, que tampoco es tanto…

Hubo división de opiniones entre el respetable, pero el caso es que la cajera fractal no dijo ni mu, y un minuto después ya estábamos dejando la compra en el coche. Al final, me va a caer bien el mocoso este…

jueves, 5 de julio de 2012

CARTELELES (VII)

Veamos la imagen que nos envía nuestro gran aliado El Preboste de lo Inconcino. Lleva por título:

IMPRESCINDIBLE LA BOMBA




Recibiremos con mucho gusto vuestras fotografías (anonimosindocumentados@gmail.com). Podéis ver la emergente colección pinchando en www.carteleles.blogspot.com.

lunes, 2 de julio de 2012

AL POSO DEL OTOÑO TOLEDO SOPLA (XXX)

La incombustible obra de Luciano Nimato sigue desgranándose en este blog a ritmo de trote cochinero. Ya sabéis que podéis enviarnos vuestros descubrimientos a anonimosindocumentados@gmail.com y ver todos los palíndromos recopilados en http://www.palindromosanonimosindocumentados.blogspot.com/.



A beber tilas, yodo y salitre: ¡beba! (27)
A Jorge no le patrocina sor Ana Rosa ni cortapelo negro, ¡ja! (47)
A palos álzala, falaz, la solapa. (25)
A ti jura matar a la mala rata Marujita. (31)
Allí ni cabrá, Rita, su pus: ¡a tirar bacinilla! (35)

Allí, repaso garrafal a la farragosa perilla. (37)
Así lo juro, la soja se la trae papá: sanó José Bono caries yodado y se irá con obeso Jonás a papear tales ajos al orujo, Lisa. (97)
¿Atino, bárbaros? ¿Son alanos? ¡Sor, abra, bonita! (35)
Es Nerón ese romano coloso sólo con amores en Orense. (43)
Fulana cortó ese otro canal, ¡uf! (25)

Las alojaba bajo la sal. (19)
Nada: no dona tigres la leona, papá oso, a Papá Noel al ser gitano don Adán. (57)
Nazi, ¿te la pela? ¡Poco palé paletizan! (29)
¡Sara, porra! ¡A mamá arroparás! (23)
Sara: si son robos, ¿ese soborno sisarás? (31)