viernes, 20 de enero de 2012

COSAS QUE PASARON AYER (XII)

Aquí tenemos otro relato con el que el amigo Melchor Lasiesta intenta reordenar su volátil existencia. No hace falta que recordemos que podéis contarnos lo que os ha sucedido ayer en anonimosindocumentados@gmail.com, así como leer todas las historias en www.cosasquepasaronayer.blogspot.com.



Tuve que convencer a la cajera de que a los DNIs les pasa lo mismo que a los ríos y a los hombres, lo cual me costó mi buena dosis de esfuerzo y su buena dosis de tiempo, pero finalmente pude cobrar el cheque. Al chico espabilado, tanto da si lee estas líneas como si no, se la tengo guardada.

El caso es que ayer agarré ese dinerito fresco y me fui de compras al Careful -que, como todo el mundo sabe, es un hipermercado que se llama así por el cuidado que hay que tener con las equivocaciones de los precios-. Tenían a 3x2 las sardinas en lata de a docena, marca Careful, en aceite vegetal. Lo decía claramente un cartel a tamaño cuartilla de libreta Rubio sobre el mismo lineal. Cogí un puñado múltiplo de tres cuando, de repente, un flash me cegó transitoriamente. Al otro lado del fogonazo, lo que debían de ser una madre y su prototipo de hija agitaban una Polaroid de las que ya no se ven y se agitaban ellas mismas en un ejercicio de dinámica de grasas. “¡Brad Pitt, Brad Pitt!”, chillaban desarboladas, “Porque es usted Brad Pitt, ¿verdad?”. “Señora; si usted cree que yo soy Brad Pitt, ¿por qué me lo pregunta en castellano?”, le respondí lo más amablemente que pude. “Morgan Freeman le hablaba en castellano en Seven… ¿Me puede firmar la foto?”. Uno no firma autógrafos todos los días, y las sardinas no se iban a salir ya del carro, así que complací a las entusiasmadas cegatas a golpe de bolígrafo. “¿Brad Pitt es con una te o con dos?”.

Media hora después estaba yo en Atención al Cliente porque no me habían hecho el 3x2 en las sardinas. Debería llamarse Atención al Ticket de Compra. “Mírame a ver si las sardinas Careful en aceite vegetal, en lata de a docena, están a 3x2”, le decía la señorita a alguien por el telefonillo. “Ajá, ajá… Que me dice mi compañero que no están en oferta”. “Pero ¿cómo que no están en oferta, si hay un cartel sobre el mismo lineal a tamaño cuartilla de libreta Rubio?”. “Que no, que no hay ningún cartel, que se habrá confundido con la parafarmacia”. “¿Seréis ladrones, que acabáis de quitar el cartel ahora para no hacerme el 3x2?”. “Oiga usted, un poco de respeto…”. “Tengo el respeto a la segunda unidad al setenta por ciento, así que…”. Total, que un cisco de puta madre y, para rematar, “¡Brad Pitt, Brad Pitt, allí está otra vez Brad Pitt!”. La madre y la hija se abalanzaron sobre mí como un tsunami lípido. “¡Fíjese, fíjese, nos ha dado un autógrafo”, le dijeron a la señorita ladrona mientras le extendían la foto. Esta miró la instantánea detenidamente, después me miró a mí -yo, con los ojos como sapos, aplastado contra el mostrador-, y cogió una calculadora, y abrió una caja registradora y sacó unas cuantas monedas. “Tenga usted el dinero del 3x2 y perdone las molestias”.

La madre y la hija seguro que pensaron que la señorita me dio la razón porque yo era Brad Pitt. Yo estoy convencido de que lo hizo porque vio en la foto el cartel de 3x2. Lo que no tengo ni idea es de lo que en realidad pasó por la cabeza de la señorita ladrona.

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